Mónica Griselda Arellano Mendoza y Ehécatl Miguel Ángel García Trejo, investigadores de la Escuela Superior de Medicina (ESM), en proyecto multidisciplinario, descubrieron que la alicina que posee el ajo, tiene efectos protectores contra el daño renal crónico y podría emplearse como alternativa para retardar las complicaciones de esa enfermedad.
Los resultados de las investigaciones permiten recomendar a la población el consumo de cuatro dientes de ajo cada ocho horas (12 al día), sobre todo a quienes padecen afecciones cardio-renales o cuenten con factores de riesgo para el desarrollo de estas patologías.
*Puedes encontrar la nota completa en la Gaceta Politécnica en su número de enero.